La sencilla belleza que transmite el estilo escandinavo, tiene que ver con el empleo de los tonos que le caracterizan: negro, blanco y gris.
Es difícil cansarse de la armonía que proyecta esta combinación tan cálida y al mismo tiempo elegante. Cualquier detalle decorativo calza a la perfección con el contraste que proporciona esta neutral paleta. Veamos un ejemplo:
Vía chicanddeco